Autora: Annalia Bodeo
Enlace a la versión alemana del artículo (Link zur deutschen Version des Artikels)
Me acuerdo todavía de aquel día en el que me contaron que había un proyecto excelente en El Salvador con jóvenes comprometidos, soñadores para cambiar una parte de la realidad a través de una mejor educación crítica y creativa, y todo esto gracias a una sensibilización y una concientización. Llegó el día anterior de mi viaje. Gran emoción y motivación. En Suiza estaba mi mochila y mi gran gana de ir a la aventura, al descubrimiento de una nueva visión del mundo, al poder compartir, crecer, aprender y dar todo mi saber y mi ser para seguir construyendo el camino de la Fundación Consciente El Salvador y sembrar nuevas semillas.
Me contaron y me siguieron contando de El Salvador… antes de venir aquí realmente no conocía nada de este hermoso país. Me dejé sorprender cada día por lo que es la cultura, la naturaleza, las personas, la comida, los valores, las costumbres, las tradiciones y mucho más.
Enero: Encuentros, novedades, un mundo completamente para descubrir, para vivir, la incorporación al equipo de trabajo Consciente, la sonrisa creciente cada día. El encuentro con muchos jóvenes. Encontré rápido mi lugar, mi hogar, mi familia donde me sentía bien. Gracias a estos jóvenes y a mi persona logré integrarme en seguida en lo que es la realidad de Morazán, descubriendo historia, valores, costumbres y todo lo complejo que puede ser una cultura. Fascinada por poder vivir y realizar esta experiencia estaba bien feliz al poder darle un nuevo sabor a lo que es la antropología que estudié durante mi licenciatura. Gracias a experiencias como estas los horizontes y las fronteras se borran y los ojos aprenden a ver de otra manera la realidad.
Febrero: Siguió el descubrimiento en todos los sentidos: gastronómicos, geográficos, humanos y más en el especifico de mi rol como voluntaria en la Fundación. Encuentros e intercambios fuertes con ex guerrilleros, mujeres sufriendo la cultura del machismo a diario, jóvenes con un pasado difícil. No siempre tan fácil de digerir. Estuve escuchando y sintiéndome tan cercanamente a esta personas confiándome partes de su vida que merecen mucha atención y que son complicadas de superar. Una sonrisa, un abrazo y una mirada fija: los ojos en los ojos. Pero porque tantas barreras, tantas fronteras? Aprendí en seguida que los limites no existen. Todos estos encuentros me impactaron; frente a las injusticias de un sistema que no funciona existe indignación y jóvenes llenos de buenos propósitos, de energía, de alegría, de pensamiento crítico y de consciencia de la vida. Por mi parte hice que mi estancia se convirtiera en una semilla parte del grande árbol Consciente que va creciendo y que florecerá con el tiempo.
Encontré la razón más fuerte por la que podía involucrarme y colaborar, dejar el signo en la lucha de la construcción del bienestar, del cambio social en la sociedad salvadoreña. Así fue: desde lo vivido y lo observado pero también escuchando y analizando los cuentos de jóvenes, tomé consciencia que mi parte principalmente habría sido trabajar con y para los jóvenes de Morazán, en el especifico de la región de San Francisco Gotera. Realicé este sueño: creé un proyecto y gracias al apoyo de muchos jóvenes empezamos a trabajar. Poco a poco la idea se fue concretizando y poniendo en práctica. Recre/acción: un espacio de divertimiento, cooperación, respeto, igualdad de género, socialización, intercambio, relajación, actividades deportivas, lúdicas, creativas con una mirada crítica y consciente sobre la realidad comprendiendo sensibilización y prevención. Hoy estos jóvenes siempre motivados siguen cada sábado en el INJUVE proponiendo actividades y reuniéndose. Me llena de felicidad! Una gota de agua en un océano donde existen muchas otras gotas que reunidas si pueden hacer la diferencia.
Marzo: Tuve la posibilidad de estar de observadora internacional de las elecciones y durante aquella experiencia mis horizontes se abrieron mucho. Lugares que ni sabía que podían existir en El Salvador, naturaleza, personas comprometidas en ONGs, partidos políticos, socialmente activos para la protección del medio ambiente, para las defensas de los derechos humanos. Un esfuerzo para crear un Salvador revitalizado para el bienestar de su gente. Porque algunos se permiten ser tan ricos y otros ni tienen lo suficiente para comer? Porque la mujer sigue siendo sometida por un sistema patriarcal? Porque existe tanta corrupción? Donde se han escondido los derechos de las mujeres, de los hombres, de las y los jóvenes, de las niñas y de los niños? Preguntas difíciles de contestar… decidí que las respuestas las iba a construir con el tiempo necesario y que las iba a convertir en acciones concretas a través de mi voluntariado en Consciente y sobre todo de mi aprendizaje gracias a la vida cotidiana, los amigos, las personas encontradas.
Llegó el día internacional de la mujer: como mujer y como parte del equipo Consciente fuimos para revindicar los derechos en las calles y denunciar la triste realidad de violencia, feminicidios y la baja consideración en la sociedad. “Los derechos que no se defienden, son derechos que se pierden” y esto siempre vale, fue, es y será importante activarse luchado para mantenerlos.
Abril: Fui a ver el atardecer en la playa. En esa ocasión en mis reflexiones contemplando la naturaleza salvaje, la belleza del mar vivi otro momento de confirmación que El Salvador es un país hermoso no solo por lo visible como la naturaleza sino más por el corazón de su gente. Me dijo un amigo que la gente aquí vive de esperanza y de sueños que cada día intenta lograr. Yo digo que la población salvadoreña que he conocido es genial, porque este país tiene un potencial de revolucionar a partir de lo sencillo, de lo cotidiano, de lo local aunque tenga la mayoría que luchar mucho cada día. Pero detrás de esta lucha está una llama encendida, un fuego que no se apaga.
Siempre me dio emoción compartir temas profundos con jóvenes que con el tiempo se volvieron buenos amigos míos… entre un trabajo en la oficina, la preparación de talleres y otras actividades, la visita a escuelas del departamento, entre un juego, unas bromas, un partido de baloncesto, un paseo en la naturaleza, una fogata y otras compartimos mucho. Nadie me puede quitar las tantas risas, las sonrisas, la confianza que me regalaron y aquellos niños, jóvenes y mayores que estuve encontrando durante mi camino haciéndome preguntas, algunos haciéndome bromas y otros confiándome algunos secretos. Un riqueza incomparable.
Mayo: Entre una clase de italiano, de inglés y de ortografía aprendimos todos: mis compañeros y compañeras por la novedad de compartir un momento conmigo y aprender idioma. Nos reímos bastante, nos concentramos y lo logramos. Yo también me di cuenta de cuánto difícil era una vez más tener el papel de docente. No fue sólo un enseñamiento puramente lingüístico, fue un aprendizaje de vida, un compartir desde muchas perspectivas. Nos pusimos a hablar y compartir sobre temas a veces complicados y todavía tabús. Pero sin miedo y con confianza logramos enriquecernos. Nunca se deja de aprender, nunca. Son muchas las áreas de trabajo que cubre Consciente y su emblema “por una educación critica y creativa” se refleja todos los días en los programas de becas, de educación y el proyecto del Portal Educativo, los esfuerzos, el gran trabajo hecho por el equipo y por los luchadores.
Junio: Nunca en mi vida el tiempo ha pasado tan rápido como en esta ocasión. Yo creo que fue un tiempo mágico en el que creamos lazos fuertes, trabajamos duro, sembramos proyectos, cultivamos sonrisas, establecimos conexiones, y realizamos sueños. No fue fácil decir hasta pronto. Los caminos de la vida siguen por distintos lados. Una cosa es cierta: encontré mi familia, mis amigos, mis actividades, mis lugares favoritos, mi espacio, mi casa y es así que dejé una parte de mi corazón en El Salvador. Me enamoré de la naturaleza y de la gente. Me preguntan en estos días “Qué es lo que más le gustó de El Salvador?” Mi respuesta puede parecer sencilla aunque es mucho más profunda en su esencia: conocer, aprender, crecer, compartir con la gente, la gente salvadoreña y su grande corazón humilde. Muchas gracias a todos por esta experiencia tan increíble!
Agradezco mucho a Consciente y el SCI (Servicio Civil Internacional) por haberme permitido vivir una experiencia de vida tan intensa con colores y sabores únicos. Y realmente me fascinó mucho el trabajo que sigue haciendo para el departamento de Morazán y su gente. Una colaboración y coordinación increíble entre Suiza y El Salvador, una verdadera familia! Que sigan así tan humanamente para lograr el objetivo, como dice Malala “Un niño, un profesor, un libro y una pluma pueden cambiar al mundo. La educación es la única solución”. Adelante!
Annalia Bodeo, Voluntaria del SCI en la Fundación Consciente El Salvador, enero – julio 2018.
Te gustaría hacer un voluntariado como Annalia? Aqui hay mas informaciones sobre voluntariados con el SCI: